viernes, 4 de abril de 2014

Introducción

La relación entre racionalidad e interés por las llamadas anomalías, fenómenos "forteanos", etc, es compleja. Seria un error suponer que el interés se basa en la credulidad o la ignorancia, mientras que el desinterés se fundamenta en la racionalidad y la ilustración. Más bien el desinterés se fundamenta comúnmente en falta de imaginación y espíritu inquisitivo. Muchas personas simplemente carecen de curiosidad. Por citar un apunte orteguiano de Antonio Ribera, pionero de la ufología española: "En su congénito cretinismo, el hombre-masa de nuestros días ha convertido en materia de chistes chabacanos lo que es sin duda el mayor misterio de nuestro tiempo".

Otra cosa es confundir interés con creencia.

Yo soy escéptico con el llamado "fenómeno" de los no identificados, principal tema del blog, aproximadamente en el sentido que le dieron a la palabra "escéptico" los radicales ilustrados del siglo XVIII. No es probable que detrás de las luces que se ven en el cielo se oculten inteligencias no humanas, "adimensionales", sobrenaturales o extraterrestres. Fuera del célebre residuo ufológico (el porcentaje de casos no explicados) conocemos que una mayoría de la llamada "casuística" se basa en errores y fraudes. Parafraseando a Ludwig Feuberbach, la ufologia es antropología. Es decir, es un conjunto de fenómenos naturales que podemos explicar desde diferentes perspectivas científicas: ciencia cognitiva de la religión, historia comparada de las creencias y mitos, sociología, psicopatologia, astronomía, metereología, etcétera.

Aunque mi posición es escéptica carezco de espíritu de cruzada. No me opongo a que se hable de parapsicología, reiki, flores de Bach o platillos volantes en los medios de comunicación, incluso en las universidades, aunque sea desde perspectivas francamente heterodoxas y delirantes. Al fin y al cabo la universidad ya está llena de tonterías fraudulentas sin recurrir a anomalías misteriosas, y no digamos los periódicos, las televisiones o las tertulias de radio. Defiendo un punto de vista bastante radical de libertad académica y expresión.

En esta bitácora personal publicaré reflexiones aleatorias, totalmente teóricas y especulativas, notas nostálgicas y quizás pequeños ensayos sin pretender realizar aportación de valor alguna. No me crean. Los comentarios están cerrados, pero los aludidos directos tienen derecho a que les publique una réplica. En general, quien quiera comentarme algo puede hacerlo directamente a través del correo electrónico.